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jueves, 24 de enero de 2013

Llueve

Los días lluviosos como los de hoy tocan el alma.
A la mayoria de la gente les entristecen y los encierra en casa.
Es mejor ver la lluvia trás el cristal. Resguardarse calentito sin mojarse. Pensándolo bien, no solo lo hacen cuando llueve... Para qué mojarse, que lo hagan otros.
Pues quizá hay que mojarse, simplemente, para poderse secar. Porque para disfrutar de lo bueno, hay q haber conocido lo malo. Diré aún más; para saber agradecer lo bueno hay que haberse visto sin paraguas bajo la tormenta de la vida. Asi que, sal, empapate, pasa frío, y cuando llegues a casa disfrutarás de estar ahí y poder darte un baño caliente.

jueves, 17 de enero de 2013

Alma distante

La vida no la saludó como todos desearíais, ni como la mitad conseguísteis.
Pero ella es fuerte. Media vida en un cajón para olvidar y otra media a la vista.
Pocos, muy pocos saben todo lo que habrá vivido. Ni yo lo sé del todo, y eso que la conozco de siempre.
La veo mirar por la ventana, perdida en el horizonte al amanecer, pero no puedo llegar a saber lo que piensa. Siempre callada, analizante, siempre atenta y distante con sus ojos punzantes.
Mi neblina daría por un pensamiento suyo. ¿Neblina? Os preguntaréis. Sí, neblina.
Lo siento, no me he presentado; yo soy su alma. El alma de la chica distante me llaman.
En otros tiempos fui el alma de algún noble, pero esto es lo que soy hoy.
Treinta años llevo con ella y por todas mis vidas y por mi eternidad que no consigo hacer éste cuerpo mío.
Pero hoy estoy más tranquilo que años atrás. Ahora, aunque su actitud tiende siempre a la soledad, la veo sonreír a diario, la veo ilusionada, la veo feliz y enamorada.  Y es que lo que no consiga el amor no lo consigue nada, ni un alma.
Tengo fe en las personas y sé que pueden, no cambiar, sino aprender. Y sé que ella aprenderá, será capaz de conocer su alma y abrir su corazón. Y si por mala suerte se lo rompieran, bien sé, que ella será capaz de coserlo de nuevo.
Lo peor que uno puede hacer es encerrarse en si mismo. Ponerse un muro invisible que no permita entrar el dolor. Porque el dolor no entrará, ni la angustia, ni el miedo. Al igual que tampoco entraran el amor, la alegría o la felicidad. Para recibir, antes hay que dar.
Un abrazo es cosa de dos. Una caricia es mejor si es correspondida. Una sonrisa espontánea es la mejor de todas las recompensas. Y confiar en alguien, pese a que pueda fallarte, es la sensación de saber que no estás solo.
Hoy, ella lo está descubriendo y mañana quizá yo cambie mi nombre.

¿Qué harás tú?

Cuántas veces habremos intentado hacer ver a alguien otro punto de vista, o le habremos dicho;  -No vayas por allí. Ese camino no es el correcto.
Hoy yo sé que no se puede ayudar al que no quiere ser ayudado. Que las mejores lecciones de la vida te las enseñan los errores, no los consejos.
Porque las palabras, como bien dicen, se las lleva el viento a lo que yo añado; y las cicatrices permanecen toda la vida.
Hay gente con la virtud de ver el vaso siempre medio lleno. Creo de corazón en esa gente, que agradecen lo poco que tienen, en lugar de lamentarse por lo mucho que no han conseguido. No es fácil ser así. No sé si se debe aprender o se nace con ello. Pero de verdad me gustaría poder convencer al mundo negativo con la positividad. Está claro que eso tiene que partir de uno mismo. Porque por mucho que yo crea que tú eres capaz de conseguir algo, si tú no lo crees, seguro no lo consigues.
Corren malos tiempos para el optimismo. Pero yo apuesto por él. ¿Y  tú?