He volado entre nubes blancas y negras.
He viajado a mundos extraños e inimaginables.
He compartido mesa con dioses.
He cogido estrellas para jugar.
He bebido agua en manantiales prohibidos.
He conocido a criaturas sin nombre.
He tenido amigos en el infierno y enemigos en el cielo.
Pero nunca en mis largos e incontables años había sentido lo que siento ahora al estar solo.
La soledad, para quien la sufre, es la peor de las condenas.
ResponderEliminarMuy hermoso.
Francisco
Está que.. digo, iba a decir bueno pero mejor que eso, increible. real.
ResponderEliminarY como dice el comentario anterior la soledad es una gran condena para quien sufre, pero una buena amiga para quien escribe.
Merce siempre tan tú, eso es agradable, un abrazo.
No me queda otra que plagiar a Francisquillo toca pelotas (jejejeje) es broma, o no... es que siempre se me anticipa... me ha gustado Merce, un saludo.
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