Miramos el mundo desde la distancia. Absortos en nuestros pensamientos, caminamos por la calle distantes a todo. Ajenos a los sentimientos de los demás. Ocultando miradas que puedan encontrase con otras.
Hemos dejado que nuestro mundo se convierta en un lugar donde reinan sentimientos negativos. Reencorosos, apenados, timidos, arrogantes, desconfiados, reservados...
Nos hemos olvidado de sonreir a la vida y ser agradecidos.
Nos cruzamos con gente que han compartido momentos hermosos en nuestra vida y no nos paramos a saludarles. Nos escondemos tras un velo de pasividad emocional.
Deberíamos aprender de los niños, de como son capaces de hacer amigos por un rato en un parque. Y hacer bajar a su madre cada día a la misma hora para ver si vuelven a encontrarse. Sólo por el hecho de volver a dar patadas a una pelota y compartir un rato con un igual. Hemos ganado muchas cosas al crecer, pero también perdido otras muy valiosas.
Hoy toca hacer balance interno y poner en orden tus propias prioridades. Después, mira y evalua si son las correctas.
Si la cara que tú le pones a la vida, es la misma con la que quieres que ella te responda cada mañana.
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martes, 15 de octubre de 2013
Extraños
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