Cuántas veces habremos intentado hacer ver a alguien otro punto de vista, o le habremos dicho; -No vayas por allí. Ese camino no es el correcto.
Hoy yo sé que no se puede ayudar al que no quiere ser ayudado. Que las mejores lecciones de la vida te las enseñan los errores, no los consejos.
Porque las palabras, como bien dicen, se las lleva el viento a lo que yo añado; y las cicatrices permanecen toda la vida.
Hay gente con la virtud de ver el vaso siempre medio lleno. Creo de corazón en esa gente, que agradecen lo poco que tienen, en lugar de lamentarse por lo mucho que no han conseguido. No es fácil ser así. No sé si se debe aprender o se nace con ello. Pero de verdad me gustaría poder convencer al mundo negativo con la positividad. Está claro que eso tiene que partir de uno mismo. Porque por mucho que yo crea que tú eres capaz de conseguir algo, si tú no lo crees, seguro no lo consigues.
Corren malos tiempos para el optimismo. Pero yo apuesto por él. ¿Y tú?
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