Vuelo de noche cuando todos descansan. Unos duermen, otros ven el televisor, algunos pocos trabajan aún.
Cada noche repito el mismo recorrido. La misma rutina. Hasta llegar al árbol donde me poso a descansar y a mirarlo. Siempre sentado en esa ventana, fumando su pitillo nocturno. Con la mirada fija en el horizonte. Cada calada ilumina su rostro y hace brillar sus ojos. Recuerdo bien el color miel de sus punzantes ojos, aunque ahora la noche solo me deje entreverlos.
Cuanto le echo de menos; tocarle, hablarle...
Debería empezar mi historia por el principio y así todos me entenderíais.
Me llamo Mia, antes era una persona, ahora soy un ave nocturna.
1 comentario:
SIGUELOOOOOOOOOO. QUE ME HA ENCANTADO
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